Abismo entre dos siglos

Antecedentes poblacionales y culturales del barrio El Calvario siglo XX.

Desde finales del siglo XIX el barrio El Calvario se convirtió en un epicentro de vida económica y social de Cali, con una historia singular. Designado por la década de 1.890 en el lugar predilecto para la Galería Central, paulatinamente estimuló un proceso de poblamiento de los terrenos ejidales aledaños que daría origen a los actuales barrios de San Pascual, la parte baja de Santa Rosa y el referido El Calvario por supuesto.[1]

En su geografía, el abastecimiento, el intercambio económico, simbólico (y hasta sexual) hacía de las suyas; al menos hasta 1.930 el arribo del Tranvía Municipal a sus inmediaciones favorecía ese diálogo constante entre el mundo de la Ribera del río Cauca, el centro de Cali sobre todo a la altura de La Ermita y el pericentro representado en El Calvario y en la inmediata Parroquia de Santa Rosa.[2]

A lo largo del siglo XX, miles de migrantes empezaron a vincularse al mercado de trabajos que a sus anchas se formaban: pequeños comercios bajo la forma de estancos, bodegas, prenderías, lavanderías, hoteles, graneros y demás, a los que se sumaban columna de vendedores ambulantes y campesinos que llegaban desde Golondrinas o el corregimiento de Navarro.[3]  El carácter ejidal de la mayoría de los terrenos de El Calvario entre 1.910-1.940 favoreció la paulatina constitución de tejidos vecinales que dieron lentamente el tránsito hacia la pequeña propiedad institucionalmente reconocida, mientras emergían Juntas de Ornato y Mejora que desde el propio barrio fueron consumando mejoras en servicios públicos y reconocimiento dentro de los programas de la municipalidad.

Muchos de los habitantes nacidos en el barrio El Calvario y hoy en día octogenarios comúnmente relacionan los oficios de sus padres como obreros enganchados en alguna de las industrias o talleres de ese entonces ubicados entre el barrio Obrero, Sucre, San Nicolás o la extensión a lo largo de la carrera 1 (Croydon, Tedesco, Gillete, etc) o como vendedores en la Plaza de Mercado y sus alrededores. De ahí, además, la importancia de un circuito económico que conectaba al barrio El Calvario con la ribera del río Cauca siguiendo el viejo Camino de Navarro, siendo común la presencia del campesinado negro, uno de los tempranos pobladores y propietarios de vivienda.

[1] Puede consultarse: Ruiz López, Apolinar. Mera, Hansel. Entre el calvario y el paraíso. Cali, Secretaría de Cultura, 2’15. Edición digital disponible en: https://www.cali.gov.co/cultura/publicaciones/118326/libro_entre_el_calvario_y_el_paraiso/

[2] Puede consultarse: Mera, Hansel. Ruiz López Apolinar. Modernización y poblamiento en Cali: Los barrios El Calvario y San Pascual, 1878-1940. En: Martínez Botero, Sebastián. (Comp). Suárez Mayorga, Adriana María. (Comp.) Repensando la historia urbana: reflexiones históricas en torno a la ciudad colombiana. Pereira, Universidad tecnológica de Pereira y Universidad Icesi. 2020. Edición Digital disponible en: https://www.icesi.edu.co/editorial/historia-urbana/

[3] A propósito, puede consultarse: Mera, Hansel. Ruiz López, Apolinar. De un calvario que se fue: breve crónica de un barrio de Cali (1896-1930). En: Papel de Colgadura. Cali, Universidad Icesi. 2019. Edición digital disponible en: https://www.icesi.edu.co/papeldecolgadura/images/pdc/vol-16/pdc16_web-110-119%20(De%20un%20calvario%20que%20se%20fue).pdf


A propósito, las fotografías de Nils Bongue mostrando vendedores y vendedoras a mediados de siglo son emblemáticas: las mujeres negras con sus canastos a cuestas, el hombre negro descalzo con carga sobre su hombro,  los transeúntes y al fondo las fachadas de las viviendas y graneros acompasadas con una chiva (bus escalera) en cuyo frente puede leerse Golondrinas evoca una pluralidad de actores, oficios, rutinas, intercambios fundidos en la pluralidad  de gustos, placeres sobre todo cuando la noche arribaba.[1] Es por ello que a lo largo de la calle 15 entre carreras 12 y 15 colindando con el barrio Sucre se constituyó desde mediados de siglo XX un  pequeño entramado de burdeles y tabernas en el cual el ocio, el sexo y los encantos de la música antillana fueron configurando un destino nocturno.

Tomado de: Digital Milwakee University Collection

[1] Las fotografías de Nils Bongue, pueden consultarse en: http://bonbar.co/cali/index.html#7